Alergias primaverales

Cómo combatir la alergia al polen en primavera

Las alergias primaverales son uno de los problemas de salud más frecuentes entre la población. El tipo de alergia más frecuente en esta época es la denominada alergia al polen, rinitis alérgica estacional o fiebre del heno, provocada por la polinización de las plantas en primavera.

Según el Ministerio de Sanidad español, la rinoconjuntivitis derivada de la alergia al polen representa el 57% de las rinitis alérgicas tratadas en las consultas de los expertos. Se trata de una enfermedad habitual que afecta al 15% de la población en los países desarrollados, siendo más frecuente entre los 14 y los 24 años.

En qué consiste la alergia al polen

La Asociación Valenciana de Alergología e Inmunología Clínica define la alergia como "una reacción exagerada del organismo ante una sustancia que la percibe como un agente nocivo". Esta sustancia no tiene por qué ser perjudicial para el organismo, pero el sistema inmunológico la detecta como una amenaza y se produce la reacción alérgica.

En el caso de la alergia al polen, el agente desencadenante es el polvo que desprenden algunas plantas durante su proceso de reproducción, normalmente en primavera. Contiene el componente masculino del proceso y se denomina polen.

Se debe tener en cuenta que la incidencia de la polinización durante la primavera depende de la pluviosidad que se haya producido en la época fría, ya que determina una mayor o menor germinación de las plantas. Además, las concentraciones de polen aumentan según el clima de la estación, más abundante los días secos y calurosos y menos las jornadas lluviosas.

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Síntomas y diagnosis de la alergia al polen

Los síntomas más frecuentes son congestión nasal, rinitis, irritación de los ojos, estornudos y dificultad respiratoria. En los casos más extremos, la alergia al polen puede provocar asma o afectar a las personas que padecen esta patología.

Para diagnosticar este tipo de alergia se realizan pruebas cutáneas, es decir, se intenta reproducir sobre la piel la reacción a una sustancia y así determinar si se es sensible o no a ella. Existen dos tipos, el prick test, en el que se aplica una gota de la sustancia sobre la piel y se perfora superficialmente con una lanceta, y el test intradérmico, se introduce una mínima cantidad de la sustancia en la capa cutánea superficial.

Tratamiento de las alergias al polen

Las alergias al polen suelen tratarse con antihistamínicos o descongestionantes, aunque también se utiliza la fitoterapia, la aplicación de plantas medicinales como la ortiga o el regaliz, pero siempre por recomendación de un especialista.

También se utilizan técnicas inmunológicas a través de vacunas que contienen extractos del polen. Se aplican por vía oral en dosis progresivas para aumentar la tolerancia del sistema inmune. 

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