Educando a los niños
¿Cómo controlar las rabietas y pataletas en los niños
Nuestra tranquila vida familiar se altera repentinamente ante el llanto descontrolado de nuestro hijo que además de romper en llanto se tira al piso, arroja cosas, se golpea, etc. logrando desestabilizarnos y muchas veces hacernos sentir impotentes. ¿Cómo hacer para no perder el control, mantener la calma, apaciguar al pequeño y lograr que todo regrese a la normalidad?
Las rabietas forman parte del proceso de aprendizaje de los niños
Ante un episodio así y aunque la paciencia parece agotarse, lo primero que debemos tener en cuenta es que las rabietas forman parte del crecimiento y la formación de los niños. Según los expertos estos comportamientos que generalmente se dan durante la primera infancia: 1 a 5 años de edad, obedecen a diversos sentimientos del pequeño ante la dificultad de expresar sus emociones insatisfechas debido a que se encuentran en una etapa de exploración y conocimiento de su yo y su entorno. Por esto es muy importante aprender a controlar y manejar con autoridad y respeto estos episodios.
Conservar la calma
Puede ser muy difícil, pero es importante recordar que debemos mantener la serenidad para controlar la situación, de lo contrario, actuaríamos al mismo nivel que nuestros hijos dejándonos llevar por los impulsos. Los padres debemos tener total control de nuestras emociones.
Mantener la autoridad
Es importante dejar claro al niño que con las rabietas y pataletas no conseguirá lo que desea, por esto procuraremos mantener la autoridad.
Si se complace al niño cada vez que este llore o haga un berrinche en pro de mantenerlo tranquilo, determinará un comportamiento caprichoso en él, por esto no es exagerado decir que cómo manejemos estos conflictos determinará el comportamiento futuro de nuestros niños.
Una característica positiva en los niños es su persistencia para lograr algo, difícilmente se rinden. El problema es que por esto mismo, intentan una y mil maneras de que nos retractemos de cualquier medida o decisión que hayamos tomado y es normal que cualquiera que no está conforme con algo intenta cambiarlo; en éste punto debes mantente firme, de lo contrario perderás autoridad ante ellos.
Respeto mutuo
Ni los padres deben sobrepasarse con el niño, ni este con los padres. Hay que explicar claramente al pequeño que sólo lo escucharán si se calma, no sólo porque debe ser respetuoso, sino también porque al llorar y gritar no logrará que nadie pueda entenderlo.
Esperar que se tranquilice solo
Muchas veces no se conseguirá tranquilizar al niño fácilmente, en este caso lo mejor es dejar que el niño se desahogue, no sin antes explicarle que actitudes como esa deben evitarse. Explicarles que mientras siga con esa actitud, ellos se mantendrán alejados hasta que se calme. Nos alejaremos un poco, pero sin perderlo de vista.
Elogia a tu hijo cuando se haya calmado
Cuando la rabieta ha terminado, es bueno hacerle saber que estamos felices por haberlo superado, ya que así reforzamos su tranquilidad. Podemos decir una frase como “me siento feliz que ya estés bien, ahora podemos leer un cuento y estar más contentos”
No castigarlo por la rabieta
Una vez él se haya tranquilizado y le elogiamos, olvidemos el incidente y no lo menciones más ni le recuerdes lo mal que se ha portado. Evita también contarlo a terceros en su presencia.
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